Cuando era pequeña, soñaba con el príncipe encantador que todo cuento te pinta.
Recuerdo muy bien que había días en los cuales no comía para verme delgada y también me maquillaba toda la cara para que, el príncipe azul, no viera ni una sola peca o grano. Cuando algún vato, disfrazado de héroe o de aquel príncipe, me besaba, juraba que mi sueño se había realizado; sin embargo, todos eran piratas y en cualquier momento se les caía la pintura y el disfraz les quedaba grande.
Al no encontrar aquel ser increíble con quien anhelaba tanto, mi corazón y mi mente me empezaban a molestar: "jamás lo vas a encontrar"; "nadie te va querer"; "hasta crees eso". Era muy doloroso todo insulto de mí hacia mí.
Pero, en una mañana soleada y callada, aquella tristeza desapareció; se esfumó.
Mi primera impresión fue sentir mi cuerpo liviano y la atmósfera era muy diferente.
Fui corriendo al baño para ver si no tenía varicela o si algo me había pasado y, al mirarme en el espejo que se encuentra colgado en la delgada pared, vi al amor de mi vida. Sí, a ese amor que tanta falta me hacía.
Mi corazón gritaba dando gracias y una que otra lágrima enjugaba mis mejillas pálidas.
En verdad no lo podía creer al principio; ¿A caso era yo mi Príncipe azul? Le conté a mis amigas y pensaron que me había drogado; le conté a mis padres y me tomaron de loca. Me conté a mi misma y me agradecí con toda el alma.
Al irme a la cama ese mismo día, en mi mente nadaba el pensamiento de que no es necesario estar con alguien a la fuerza; mientras tú te ames tal cual como eres, ya tienes la batalla ganada.
Desde ese momento hasta hoy en día me sigo amando y cada vez con más fuerza.
Taller de los sueños escritos.
Escribo cuentos, anécdotas, sueños y alguna que otra fantasía que mi mente anhela. Mi blog es su blog, pónganse cómodo.
terça-feira, 22 de janeiro de 2019
El Príncipe azul .
sexta-feira, 11 de janeiro de 2019
Veracruz.
segunda-feira, 19 de janeiro de 2015
El Gato entre la maleza
Me detengo a presenciar la belleza de la maleza y los troncos secos que hacen el cantar junto con el viento moribundo.
Me siento y contemplo.
Los recuerdos de la niñez que nacieron en esa parte de la montaña regresan a actuar y las voces se escuchan a los lejos pero se sienten cerca; paso horas contemplando, lloro. Lloro de silencio con lágrimas de anhelo y de repente me da la sensación que todavía sigo jugando entre ramas y pasto. Me levanto y me voy a buscar. Recorro un buen tramo hasta llegar al casi seco arroyo y aunque sus piedras se asomen con sutileza y el agua baje al cantar de su sonido, meto mis pies y trato de que el agua toque hasta mi tobillo; está helada.
El arroyo me guía y llego a una colina con un Manzano,¡moría por una de esas jugosas manzanas rojas! Corto dos que tres manzanas y me siento en la sombra del árbol, doy el primer mordisco. MMMMM sabe a gloria.
El sueño llega y la siesta hace que mis ojos besen la oscuridad pasajera. Sueño.
Sueño que soy de nuevo el chiquillo de Sonora, querido hasta por el cabrito; jugando quemados con mis primos y nadando en la laguna más fría y refrescante que quedaba por mi casa. Aunque no abundaban yo tenía la suerte de tener uno cerca.
Sueño sueños y sueño que sueño; las imágenes frescas de mi niñez se apagan y de repente me encuentro a mi yo de ahora con mi yo de antes, sentados en el mismo Manzano.
Me sonrío y yo me regreso la sonrisa, mordemos otro cacho de manzana; la luz del día se va alejando para que la noche haga su acto.
Camino con mi yo hasta de nuevo el arroyo y lo seguimos hasta ese puente que antes no estaba; todo se apaga.
Deseos surrealistas.
sexta-feira, 19 de dezembro de 2014
Principio de "Magda"- María Fernanda Sanabria.
domingo, 9 de novembro de 2014
Al desnudo.
Cielito.
Me encanta el cielo.
No sólo por su color y las bellas y espectaculares nubes que llega a mostrar. El cielo es una puerta, una ventana, un lugar feliz que muchos escritores y soñadores describen que es el lugar perfecto para mirar, suspirar y desear estar en una nube o poder tocar el azul que pinta...como agua fresca, como agua bella.
Me encanta el cielo por la alegría que me da al verlo y empezar a pensar cosas infinitas llenas de esperanza y paz. Si sí, también me encanta cuando se enoja, cuando se pone gris y hace que las nubes lloren, que suelten esa tristeza de ver a nosotros como nos destruimos. Es como un niño al ver un video de perritos maltratados o algo que los ponga tristes, esa inocencia que ahora nos falta tanto.
Me encanta el cielo de noche,¡que lujo es poder ver un cielo estrellado y con una lunota! En la ciudad fue nuestro sacrificio; dar el lujo de ver una noche estrellada por unos cuantos edificios".
Me encantaría vivir en una nube y poder viajar por el mundo en ella.
Me encanta el cielo, tanto como me encantas tu.